CALLES DE AVILÉS
Una de las mejores cosas que tiene Avilés es que está todo muy cerca. Además, con la peatonalización que se hizo a finales del siglo pasado, es una delicia poder caminar por su casco urbano. Puedes empezar en las calles que conformaban la ciudad amurallada, pasar luego a las que se hicieron con el ensanche barroco para acabar en las últimas creadas en el esplendor indiano. Lo que si es seguro que cada una de las calles te va a llevar a un lugar que merece la pena visitar.
CALLE LA FERRERÍA

Los tesoros más antiguos del Avilés medieval se encuentran en esta calle como la iglesia de los Padres Franciscanos del siglo XII, el Palacio de Valdecarzana y la capilla de los Alas del XIV.
La Ferrería era la calle principal del Avilés amurallado. Cruzaba la villa de lado a lado, desde la puerta del mar, en la confluencia con la calle La Muralla, lugar donde estuvo situado el puerto hasta el siglo XIX, hasta la puerta del Alcázar al inicio de la plaza de España en el camino de salida hacia Oviedo.
Debe su nombre al oficio de la gente de la calle, herreros, aunque también hay teorías que hablan de la existencia de una ferrería al inicio de la calle.
Como tantas otras en Avilés es una calle con soportales para permitir el paso de la gente al abrigo de la lluvia. Aunque a diferencia de los soportales de Rivero o sobre todo, Galiana, estos son bastante más estrechos.
En esta calle nació al avilesino más ilustre, Pedro Menéndez de Avilés, Adelantado de la Florida.
CALLE LA FRUTA

Actualmente es una de las calles más importantes y concurridas de la ciudad, calle de comercios y de establecimientos hosteleros.
Es junto a la calle La Ferrería la otra arteria principal del Avilés medieval amurallado que lo atraviesa longitudinalmente.
Originalmente esta calle eran dos: una al sur, conocida como Cimadevilla, desde la muralla con entrada en la puerta del reloj hasta el entronque con la calle Sol, donde estaba la hoy desaparecida plaza de la Villa. A partir de esta plaza empezaba la conocida como calle Oscura que terminaba en la muralla que daba al puerto.
Estas dos calles medievales seguían el mismo esquema que la calle La Ferrería siendo aportaladas a ambos costados. Los incendios de 1478 y 1621 destruyeron muchas casas de la calle y en su reconstrucción esta gana en amplitud y recibe el nombre que tiene actualmente, al situarse en ella los vendedores de frutas y verduras. Finalmente a finales del siglo XIX y principios del XX tiene lugar la última remodelación importante en la que se levantan los actuales edificios de la calle.
CALLE EL SOL

La calle del Sol forma parte, junto con las calles de La Fruta y de La Ferrería del pequeño núcleo urbano del Avilés medieval, sirviendo de unión de las dos calles principales.
Con menos de 100 metros de largo se la llamó inicialmente calle de Azogue, nombre de origen árabe que hace referencia al mercado, pues eran las calles de este casco histórico el lugar de celebración del mercado medieval concedido a Avilés tras el incendio de 1489. En esta calle, según parece, era la dedicada a los puestos de pescado.
La calle comienza en un lateral del palacio de Valdecarzana y hasta el siglo XVII, acababa en la plaza de la Villa, hoy desaparecida en el incendio de 1621.
CALLE SAN BERNARDO

La calle San Bernardo sería otra de las vías que atravesaban la muralla de lado a lado.
Iba paralela a la muralla comunicando el camino real procedente de Grado, al que se accedía por la puerta de la Cámara y acababa en la puerta del puente, lo que sería hoy el paso hacia Gozón.
Aunque tuvo diferentes nombres a lo largo de su historia, el que tiene actualmente se debe a la llegada en 1553 de las monjas Bernardas a un nuevo monasterio construido en esa calle.
Este convento fue demolido a finales del siglo XIX y sus restos se utilizaron para rellenar la zona de marismas de las Meanas.
CALLE RIVERO

Elementos a destacar en la calle, además del ya citado palacio, es la fuente de los caños de rivero y la iglesia de San Pedro. También se puede acceder por esta calle al gran pulmón verde de la ciudad, el parque de Ferrera.
La calle Rivero es otra de las vías importantes de entrada y salida de la ciudad. En época medieval era el camino de entrada y, sobre todo, salida de los productos que llegaban por barco al muelle en dirección a Oviedo. También fue (y es) vía de paso del camino de Santiago.
Cuando en el siglo XVII se decide ampliar la ciudad, esta calle, que anteriormente era un camino de tránsito, toma especial relevancia.
Nace, en su inicio, en la plaza de España con la construcción del palacio de Llano Ponte (también conocido como García Pumarino), y se desarrolla siguiendo el camino real hacia Oviedo.
A finales del siglo XVIII vivía en el palacio (en aquel entonces ya de los Llano Ponte) la familia del entonces obispo de Oviedo Juan Llano Ponte. Según parece el obispo venía en un carruaje bastante grande que tenía dificultades para pasar por la calle, por ello, costeó la mejora de la calle, incorporando alcantarillado a la misma y, de paso, eliminando alguna casa que le impedía transitar al buen hombre con el carruaje que traía.
CALLE GALIANA

Como peculiaridades de la calle indicar que tiene unos 250 metros de soportales, y en ella se pueden ver dos tipos de suelos, uno empedrado para los animales y otro liso para las personas. También se conservan, entre los números 40 y 44, unos huecos en el techo que servían de mirilla para ver quien rondaba o llamaba a la puerta. Otro detalle curioso es la hornacina de la Virgen del Carmen colocada por un vecino (Pepín el jardinero) en 1812.
Calle con mucho ambiente social donde poder disfrutar de las terrazas por el día o de las copas en horario nocturno.
En el siglo XVII Avilés empieza a crecer fuera de la muralla y sólo había opción de ampliarse hacia el sur, estando el resto de terreno rodeado de marismas o de la ría.
Esto da lugar al crecimiento siguiendo dos caminos, el camino a Oviedo por la calle Rivero y el camino a Grado por la calle Galiana.
Por ello en 1663 comienzan a construirse las primeras casas en la galiana (de ahí le viene el nombre) o cañada que bajaba del Carbayedo hasta el núcleo urbano. Eran terrenos ocupados originariamente por los huertos de los frailes franciscanos que se habían establecido en la zona.
Si observas la calle Galiana verás dos tipos de construcciones según mires a un lado o a otro. De un lado las viviendas de la gente humilde, los artesanos, que son las casas bajo los soportales, con huerta por la parte de atrás y que utilizaban los soportales para trabajar o vender. En el otro lado de la calle se construyeron a principios del siglo XX los edificios indianos sobre los antiguos terrenos del convento de San Francisco, que llegaban casi hasta la mitad de la calle.
CALLEJA DE LOS CUERNOS

Hoy en día es una de las calles más peculiares de Avilés, por estar un poco escondida y por su estrechez, y cuenta con distintos locales de hostelería.
Oficialmente es la calle de Alfonso VII (rey que refrendó el Fuero de Avilés en 1155) pero todo el mundo la conoce como Calleja de los Cuernos.
Hay varias versiones sobre el origen de este nombre, desde que fue camino de bajada de vacas y bueyes desde la zona del Carbayedo a abrevar a la fuente de la Cámara, otra indica que en la calleja había un matadero y una tercera que se basa en los cuernos que tenía un rico de Avilés por una joven que vivía en esta calle.
Si que está documentada su existencia en un documento de primeros del siglo XVII donde se indica el traslado del palo donde se ataban a los presos que se iban a ajusticiar desde la plaza del Ayuntamiento a esta calle.
CALLE LA MURALLA

Recibe el nombre de calle La Muralla pues discurría paralela a la muralla medieval que fue derribada entre los años 1812 y 1821.
Esta calle aparece con la ampliación de la ciudad que se hizo en el siglo XIX. Dicha ampliación esta vez se hizo en dirección oeste, uniendo la villa amurallada con el barrio marinero de Sabugo. Para ello se trasladó el muelle de sitio, se desecaron las marismas, utilizando para ello los propios restos de la muralla, y se canalizó el río Tuluergo.
Esto permitió urbanizar una gran zona en la que nacieron la actual plaza de Abastos, la plaza de Pedro Menéndez y el parque del muelle.
CALLE LA CÁMARA

Hoy en día es la calle principal de la ciudad. Nació en el Avilés burgués del siglo XIX para unir la villa con el barrio de Sabugo.
Debe su nombre a una fuente situada entre la calle Cabruñana y San Bernardo de nombre La Cámara pues tenía dos caños situados en un habitáculo (cámara) de piedra.
Es la calle más comercial de Avilés y destaca en su recorrido el palacio de Maqua, bajando a mano izquierda y finaliza en lo que, en otro tiempo, fue la plaza de la Merced. Plaza hoy desaparecida donde estaba ubicado el convento de La Merced, demolido en 1895 y donde posteriormente se levantaría la iglesia nueva de Sabugo en 1903.