IGLESIAS DE AVILÉS
A pesar del tamaño pequeño de la villa eran numerosos las construcciones religiosas que tenía. Dentro de las murallas medievales las iglesias de San Antonio, la capilla de los Alas y en las afueras, la antigua iglesia de Sabugo o la iglesia de San Nicolás de Bari entre otras
IGLESIA DE LOS PADRES FRANCISCANOS

En su interior se encuentra el sepulcro del avilesino más universal, el que fuera fundador de la primera ciudad de los Estados Unidos, Don Pedro Menéndez de Avilés, nacido muy cerca de la iglesia.
Es el edificio más antiguo que se conserva de aquel Avilés medieval. Construida entre los siglos XII y XIII de estilo románico destaca su portada principal, parcialmente restaurada donde se puede todavía observar algún capitel con representaciones alegóricas, siendo el más visible el primero por la derecha donde se representa a Adán y Eva en la escena bíblica del pecado original.
La iglesia, actualmente dedicada a San Antonio de Padua, recibe el nombre de los Padres Franciscanos pues esta era la orden que habitaba y dirigía la actividad del convento y la iglesia desde 1919 hasta 2013, año en la que los últimos monjes de la orden abandonaron el convento.
CAPILLA DE LOS ALAS

En el año 1991 la capilla fue declarada Bien de Interés Cultural (BIC) (BOPA, 14-XI-1994).
Situada en el lateral izquierdo de la iglesia de los Padres Franciscanos es el único monumento gótico que hay en Avilés. Perteneciente a una importante familia de mercaderes, marinos y militares aparece citado en un testamento de 1346 por primera vez.
Esta familia tenía en el lugar un palacio y alcázar defensivo y sólo la citada capilla ha llegado hasta nuestros días.
El edificio, de planta cuadrada, cuenta con muros de sillería siendo la cubierta su elemento más distintivo.
El acceso al interior de la capilla se realiza por una puerta sencilla soportada en cuatro columnas bajo un escudo del linaje de la familia. En su interior existía un retablo de alabastro y una imagen de la virgen hoy desaparecidas.
IGLESIA ANTIGUA DE SABUGO

Fue declarada Bien de Interés Cultural en el año 2006.
Es uno de los edificios más antiguos y mejor conservados de Avilés. Emplazada en el centro del antiguo pueblo de pescadores, actual plaza del Carbayo, comenzó a levantarse entre finales del siglo XII y principios del XIII.
De construcción inicialmente románica (visible en las columnas del pórtico y en la puerta lateral) tiene detalles del protogótico en su fachada principal.
Está consagrada al santo inglés Tomás de Canterbury probablemente por influencia de marineros ingleses llegados a la Villa, lo que prueba la enorme importancia del puerto avilesino por aquellos tiempos.
En el lateral derecho se encuentra la “mesa de los mareantes”, un banco de piedra corrido que era lugar de reunión en tiempos medievales de los pescadores para planificar sus campañas de pesca.
En el lateral izquierdo estaría ubicado el cementerio del barrio.
IGLESIA SAN NICOLÁS DE BARI

Tras la desamortización de Mendizábal en 1836, los franciscanos abandonan el convento y pasa a convertirse en la actual parroquia de San Nicolás de Bari.
La Iglesia de San Nicolás de Bari o San Francisco fue edificada, en su mayor parte, a finales del siglo XIV formando parte de un monasterio de la orden de los Franciscanos.
El edificio inicialmente se componía de una única nave de 40 metros de largo por 10 de ancho. En el siglo XVI se anexan a cada lado dos naves más de menor tamaño y se construye una nueva sacristía. También se inicia en esa época la construcción de un claustro adosado al templo.
Cuenta en su interior con un capitel romano de mármol que ejerce la función de pila bautismal.
CAPILLA DE RIVERO

La capilla del Santo Cristo de Rivero y San Pedro data del siglo XVII. Fue reformada varias veces sin transformar su estructura correspondiendo el aspecto actual a la reedificación realizada en 1891. Arquitectónicamente destaca la bóveda de arista, el acceso por medio de un arco de medio punto y dentro se puede ver el escudo de los Rodriguez de León.
Situada en el arrabal de Rivero, camino de salida de la Villa hacia Oviedo y al lado de la famosa fuente de los Caños de Rivero (1815) es uno de los lugares más bonitos de la ciudad.
CAPILLA JESUSIN DE GALIANA

Cuenta la leyenda que atracó en el puerto de Avilés un barco que traía un marinero infestado por la peste. Los vecinos, horrorizados por la posibilidad de contagiarse, se encomendaron a San Roque para que les librara de la plaga. Y como nadie más en la ciudad cayó enfermo, en agradecimiento, decidieron levantar la capilla en honor al santo.
La capilla, construida sobre el siglo XVII, no contaba de buena salud, y aunque fue reparada varias veces, acabó viniéndose abajo. Es 1892 cuando se realiza la última restauración y es como la vemos actualmente y cuando la capilla pase a ser denominada capilla de Jesús de Galiana, aunque ya a lo largo del s. XVIII existen distintas alusiones a dicha ermita como capilla del Nazareno.
IGLESIA NUEVA DE SABUGO

Al igual que la iglesia vieja de Sabugo está consagrada a Santo Tomás de Canterbury (aunque en la villa se la conoce como Santo Tomás de Cantorbery)
Situada en la plaza de La Merced fue levantada en 1903 sobre (y con) las piedras del antiguo convento de La Merced derruido sobre 1895.
En aquel entonces la economía local vivía una época de prosperidad, con unos indianos que habían hecho fortuna en América y una burguesía en auge con la revolución industrial iniciada en Asturias en las décadas pasadas. Habiendo, por tanto, dinero, y como se estaba quedando pequeña la iglesia románica de Sabugo para tanto feligrés, se decidió la construcción del nuevo templo.
Es de estilo neogótico y fue diseñada por el arquitecto Luis Bellido González (de quien también es obra la basílica de Covadonga), en planta de cruz latina de 57 metros de largo y 22,5 de ancho y cuenta con dos torres gemelas de 47 metros de altura.
La mayor parte de los retablos que decoran el interior son obra del artista asturiano Félix Granda Buylla, quien también se encargó de su restauración tras el incendio que sufrió la iglesia durante la Guerra Civil.
ERMITA DE LA LUZ

Situada a las afueras de la ciudad en una colina encima del barrio de La Luz, debe su nombre a la virgen de La Luz a quien está dedicada. Esta es, junto con San Agustín, los dos patrones que tiene Avilés.
La ermita actual data del siglo XVIII y fue edificada sobre otra mucho más antigua que pertenecía al Palacio de Lluera, que se encontraba a sus pies. Destaca en su interior la imagen de María dando a luz, una de las pocas imágenes en esta situación.
Otro gran motivo para acercarse a la ermita es la fantástica vista que hay desde allí de la ciudad y la ría de Avilés